viernes, 7 de junio de 2013

Ver y mirar: Un viaje por los "sentidos".

MIRAR  es  un  verbo  procedente  de un objeto, la mira. Éste es un
instrumento para fijar un objetivo: la mira de cualquier arma. De ahí que el significado del verbo mirar sea aplicar la vista a un objeto (lo que implica fijar o centrar en algo).

VER, por su parte, tiene sentido de percepción, sin antecedente. Acción de percibir con los ojos la forma y color de los objetos mediante la acción de la luz (función de la vista).

OBSERVAR tiene que ver mirar atentamente. La observación se va relacionando consciente o inconscientemente con otros elementos y se transforma gradualmente en una nueva idea, al calor del interés que nos mueve.

El buen observador será selectivo en la observación pues intentará dirigirla por alguna idea o principio acerca de qué atender o buscar.

Nuestras mentes están configuradas para notar ciertas cosas en vez de otras, debido a nuestros intereses particulares. Si percibimos algunas cosas con mucha frecuencia, apenas las vemos; ni qué decir de observarlas. Si percibimos un cambio en las cosas familiares, lo vemos y hasta podríamos observarlas. Todo es muy pasivo, rápido, automático.

MIRAR y VER reflejan una intención diferente.

MIRAR y OBSERVAR podrían usarse como sinónimos según el grado de atención que se le imprima a la acción.

Cuando estamos frente a  una mesa  colmada de libros, por ejemplo. Entre todos miramos uno que llama nuestra atención por algún detalle. Lo tomamos, lo hojeamos y ojeamos y, previa observación, descubrimos detalles y relacionamos con algún elemento guardado en nuestra mente, lo que hace que al volver a mirar, la misma imagen cobre otro significado.

Podríamos agregar conceptos como:

PERCIBIR que involucra directamente a los sentidos con los que captamos el objeto en cuestión.

CONTEMPLAR que encierra la huella que la acción de observar deja en mi alma (sea emoción, ternura), es algo más espiritual.

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