GRIS
Texto e ilustraciones: Silvi HeiGerbera Ediciones
2017
Gris, el primer trabajo de la joven ilustradora Silvina Heianna (Silvi Hei), nos deleita con bellas ilustraciones donde el color gris tiene un rol protagónico.
Una guarda a modo de mosaicos iguales, salvo por una rejilla que contrasta los tonos de gris, invita a pensar que por ahí se filtrará lo diferente. El color domina las escenas sin marco, a hoja completa. Las casas, los sacos, las carteras, las pelotas, los peluches; todo está dentro de la paleta de los grises, y parece ser todo igual. Sin embargo, en el conjunto, es posible distinguir leves detalles que los identifican como diferentes: un hilo suelto, rajaduras de paredes, botones ubicados en distintos lados de la prenda, costuras. Detalles en los que, evidentemente, los personajes no reparan y por eso surgen las peleas, y las imágenes se cubren de carteles buscando elementos que, en apariencia no son distintos.
El color gris carga con una mala prensa que lo asocia a la mediocridad, la adaptabilidad y el conformismo.
Generalmente se lo relaciona con el aburrimiento, lo anticuado, la tristeza, la vejez; no es masculino ni femenino. Es un color sin fuerza, sin carácter. Surge como resultado de la debilidad del negro y la suciedad del blanco. Falto de personalidad, busca la adaptación en función de los colores que lo rodean. Representa todo lo contrario del amarillo, asociado a la alegría y la felicidad que se manifiesta levemente desde la tapa.
El señor Conejo observa desde lo más alto de la ciudad, en su modesto departamento aparecen nuevamente la lámpara y la silla que parecían carecer de sentido en la página de los créditos. Allí también cobra sentido la guarda como parte de la terraza de la casa. Incluso la rejilla, que permitía colar el viento de un cambio, permite comprobarlo al girar las hojas y observar a página completa casi la totalidad del espacio ocupado por flores multicolores entre los que sobresalen a simple vista los rojos, anaranjados; en menor medida los azules y violetas, y el amarillo, que se repite en la remera del Señor Conejo.
El color amarillo es un tono alegre y cálido; claro y luminoso; relacionado con el optimismo y un espíritu visionario. Paradójicamente junto al gris, el conjunto transmite inseguridad. Para que el amarillo resulte amable necesita tener siempre a su lado al naranja y al rojo. Es la tríada de colores de lo entretenido y todo lo que se le asocia: gozo de vivir, actividad, energía.
Los colores azul y violeta que se destacan en menor medida en las flores del jardín transmiten simpatía, amistad, confianza, el primero; y el violeta, al ser un color mixto mezcla de rojo y azul representa la unión de lo femenino y lo masculino.
Como no iba a preocuparse el Señor Conejo entre tanto gris, que si bien igualaba a todo el mundo, provocaba serios problemas de convivencia justamente porque todo se mezclaba y nadie podía reclamar la propiedad sobre sus pertenencias.
Así que tuvo una gran idea: arrojar desde el aire sus flores para que todo cobrara color; diversos, distintos colores se adueñaron de las casas, de las cosas y de la gente. La ciudad gris dejó de serlo y también el ánimo de las personas. Los colores aportaron aquello que antes no había: personalidad, posibilidad de identificación, diversidad, simpatía, amistad, confianza, alegría, y así el señor Conejo pudo descansar.
Este bello libro cuenta con
tipografía OpenDyslexic, amigable para lectores con dislexia.
Una historia que invita a descubrir porque GRIS deja de serlo...
Adriana Baroni
(Junio 2017)
No hay comentarios:
Publicar un comentario