"La niña de rojo", de la editorial Kalandraka, ha sido galardonada con el Premio Llibreter 2013 de Álbum Ilustrado, un premio que concede el gremio de libreros catalanes.
Hay muchas versiones del cuento popular de Charles Perrault, pero esta versión es a mi parecer la más transgresora. El espléndido texto de Aaron Frisch respeta los principales argumentos narrativos de la versión tradicional: la abuela enferma, el bosque oscuro, el lobo malvado y la niña de abrigo rojo; y las ilustraciones de Roberto Innocenti son precisas hasta el más ínfimo detalle.
La primera ilustración del libro álbum, es una manifestación de intenciones, y una imagen impactante del universo que rodea a los niños. Un grupo está sentado en una mesa, alrededor de una abuela de juguete, de esas que cuentan cuentos:
“Acercaos, niños, os voy a tejer un cuento”.
“Acercaos, niños, os voy a tejer un cuento”.
Si observamos los innumerables detalles de la habitación, veremos un surtido de juguetes con algún aspecto tétrico: una muñeca de aspecto sospechosamente “callejero”, un tiburón con un trozo de pie asomando de su boca, un avión de la II Guerra Mundial pilotado por Mickey Mouse, un tanque de guerra, un ogro, una granada de mano…nos ponen en situación. Nos introduce al mundo de hoy. El cuento está situado ya en un contexto.
Este contexto, entorno urbano actual, en el que el bosque es una gran ciudad ("Un bosque con pocos árboles, un bosque de cemento y ladrillos) y su selva representada por el centro comercial es la ambientación donde transcurre la historia de esta Caperucita llamada Sofía, “una niña tranquila”, que sale de casa para visitar a su abuela y hacerle compañía. Para ello, tendrá que atravesar la ciudad, repleta de peligros, mensajes publicitarios, comercios, gente, vehículos amenazantes y pasajes sombríos llenos de miseria.
"Sofía oye el eco de sus pasos. También resuenan
en su cabeza las palabras de su madre:
No te desvíes del sendero."
"Sofía oye el eco de sus pasos. También resuenan
en su cabeza las palabras de su madre:
No te desvíes del sendero."
La niña de rojo proviene de un barrio marginal, en el que predomina el color gris y cuando tiene la oportunidad se acerca a la ciudad que desborda de colores, brillos y maravillas que la asombran.
En ese bosque de hormigón los lobos están al acecho.
El lobo de este álbum es el líder de una pandilla. Éste se hace pasar por su salvador cuando Sofía es acechada por una banda de motoqueros, en los callejones de un suburbio.
"En el bosque los senderos que parecen desiertos
nunca lo están. Siempre hay ojos acechando,
narices olisqueando, cuerpos agazapados.
En el bosque hay muchos chacales."
"En el bosque los senderos que parecen desiertos
nunca lo están. Siempre hay ojos acechando,
narices olisqueando, cuerpos agazapados.
En el bosque hay muchos chacales."
Y se ofrece a llevarla a su destino. Antes de llegar, sin embargo, la deja para que tome un atajo, mientras él se dirige en su moto al destartalado carromato donde vive la abuela. Lo vemos entrar, e instantes después vemos a Sofía llegar hasta la puerta, ignorante de lo que hay en el interior.
Cada lector podrá elegir entre dos finales, como bien se observa: uno trágico y otro mágico.
“La niña de rojo” no nos dejará indiferentes. El relato es espléndido, ya que, de forma sobria y contundente, se van desgranando las distintas etapas de ese viaje de Sofía hacia la casa de su abuela. Por otra parte, las ilustraciones nos trasladan a esa ciudad inhumana, saturada de cosas, enmarañada en su decadencia y en sus lujos.
A los niños les gustará ésta versión porque conocen el clásico y podrán comparar. Pero, los adultos realizarán una lectura "más completa" ya que las ilustraciones poseen muchos "tips" para ellos.
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