La fecha recuerda a Rosario Vera Peñaloza, conocida como la Maestra de la Patria, quien dedicó su vida a la pedagogía en sus distintas formas.
El día 28 de mayo de cada año se celebra en la Argentina el Día de los Jardines de Infantes y las Maestras Jardineras, en una celebración unificada que le rinde tributo a quien fuera precursora en la educación inicial y por ello se festeja tanto a la institución como a quienes ejercen la docencia.
La institucionalización de la fecha en el Calendario Escolar ocurrió el 15 de septiembre de 1971, durante el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse, para homenajear la memoria de Rosario Vera Peñaloza, quien falleció el 28 de mayo de 1950.
Dicha celebración se ratificó por la ley 27.059 sancionada por el Congreso Nacional el 3 de diciembre de 2014 y promulgada por el Ejecutivo apenas veinte días más tarde, en la segunda gestión de Cristina Fernández de Kirchner.
Rosario Vera Peñaloza nació el 25 de diciembre de 1873 en el pueblo riojano de Atiles y es considerada la madre de la enseñanza inicial en la Argentina.
La riojana estudió dibujo, tejido de telares, corte, confección, artes decorativas y trabajo manual. Cursó sus estudios en San Juan y Paraná, donde se recibió con el título de Superior de Enseñanza en 1894.
Por qué es el día de las Maestras Jardineras
Desde 1895 en adelante, Rosario Vera Peñaloza ejerció la docencia en Entre Ríos, en La Rioja y en Córdoba. Fue en 1900 cuando fundó el primer jardín de infantes argentino, como anexo a la Escuela Normal de la capital de su provincia natal.
Desde entonces, la riojana comenzó a estudiar planes y desarrolló programas de educación preescolar. Así quedó establecido el primer modelo del jardín que, luego de profundas modificaciones, se extendió hasta la actualidad.
Es por ello que se le asigna tanta importancia a su rol fundacional de la educación inicial en la Argentina.
Vera Peñaloza viajó por diferentes provincias argentinas, en las que brindó cursos y compartió aprendizajes. Sus principales postulados educativos fueron la actividad creadora, el conocimiento a través del juego y la exploración.
También valoró la expresión oral a través de la narración creativa de los niños y, sobre todo, el rol de la literatura infantil.
En 1912 se hizo cargo de la dirección de la Escuela Normal Nº 1 de la Capital Federal, en la que comenzó a implementar métodos pedagógicos novedosos que le valieron la cesantía en 1917.
Según el historiador Felipe Pigna, la pedagoga tuvo resistencia en proyectos que impulsó. Entre ellos estaba la Escuela Argentina Modelo, emprendimiento privado creado en 1918 por Carlos María Biedma que se benefició así de la dirección de Vera Peñaloza, que buscaba incorporar el “aprendizaje práctico” para superar la escuela “exclusivamente intelectualista”.
“Siempre es lenta la marcha de las ideas nuevas. Hay siempre lucha hasta que el público las acepta y todos los que llegan a ser discípulos de tal innovación tienen que soportar críticas y advertencias injustas”, dijo Vera Peñaloza, de acuerdo a la cita de Pigna.
Durante el gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear volvió a la educación pública, como inspectora de enseñanza secundaria, normal y especial, para nuevamente dejarla en 1928, con la segunda presidencia de Yrigoyen.
La actividad de Rosario Vera Peñaloza continuaría, a partir de 1931, como creadora y directora del Museo Argentino para la Escuela Primaria y Kindergarten, del que estuvo al frente, con un cargo ad honorem, hasta 1945 y con el que siguió vinculada hasta su muerte. El Museo era un instituto de investigación y de formulación de propuestas educativas.
“Creo en el Magisterio Argentino y en su obra; a ellos, los maestros, corresponde formar las generaciones capaces de mantener siempre encendida la lámpara votiva que dejaron a nuestro cuidado los que nos dieron Patria para que jamás se apague en el alma argentina y para que sea el faro que ilumine los senderos”, reflexionó alguna vez la destacada pedagoga.
Además de ser homenajeada cada Día de la Maestra Jardinera, Vera Peñaloza también recibió reconocimientos por parte de artistas locales. Félix Luna, por ejemplo, escribió para ella “Rosarito Vera, maestra”, poema que luego fue musicalizado por Ariel Ramírez.
La riojana, madre de la educación inicial en la Argentina, murió el 28 de mayo de 1950 a los 77 años.