Libro álbum, comparte los mismos elementos que otros textos literarios pero con características propias, donde intervienen imagen, texto y pautas de un diseño artístico. Presenta un llamativo formato, donde algunos son apaisados otros son rectangulares o en forma de álbum fotográfico, esta singularidad se debe complementar visual con la textual. Las imágenes ocupan un espacio importante en la superficie de la página, existe un diálogo entre imagen y texto, una interconexión de códigos. Las imágenes llevan a una lectura que desborda la interpretación que el texto nos ofrece, predomina tal vinculación entre ambos lenguajes para que los textos no puedan ser entendidos sin las imágenes y viceversa.
Género narrativo nuevo, tanto el escritor como el ilustrador cumplen una función estética y lúdica muy importante.
Es un producto de la posmodernidad ideado para toda clase de lectores, niños y adultos, donde el texto actúa como indicador de la imagen y donde se descubren fuertes representaciones semánticas aportadas por otros lenguajes pictóricos.
La Bella Griselda nos muestra en la tapa, una sutil imagen de princesa que nos lleva a pensar una intertextualidad, se observa no solo a esta, sino también a una madrastra mirándose al espejo, esta imagen posee una relación recíproca entre el sujeto (princesa) y el objeto (libro) que nos traslada a imaginar su vida. La percepción de colores como el blanco, el azul, el negro y el amarillo ocre nos muestran en estos signos plásticos una entrada en la historia, estas pistas de observación jerarquizan la visión según manifiesta Alekan.[1]
La preponderancia del azul alude a la atracción, al deseo que sentían los príncipes por la belleza de Griselda.
En el frontispicio podemos observar como la ilustradora (también escritora) nos adelanta a través de una técnica de ilustración pura, como es el sellado o esponjado [2] , jugando con el color e incitando a la observación del lector.
En la primer página del texto se observa una luz artificial que interactúa con lo lingüístico, también aparece una leve textura rodeando el texto en donde se contempla una catacresis Es una figura retórica que consiste en utilizar metafóricamente una palabra para designar una realidad que carece de un término específico. “… La princesa Griselda era tan hermosa que hacía perder la cabeza a cualquiera”.
Seguido de un plano de cuerpo entero, encuadrando el texto correspondiente a esa imagen “…y no es solo un decir”
Luego aparece una imagen general ampliada a lo ancho de toda la página combinada por tres colores, dividido por líneas curvas, rectas y punteadas en donde se recrean fenómenos sinestésicos ( Figura retórica que, además de la mezcla de sensaciones auditivas, visuales, gustativas, olfativas y táctiles, asocia elementos procedentes de los sentidos físicos con sensaciones internas (sentimientos). Se le vincula con la metáfora, por lo que a veces recibe el nombre de metáfora sinestésica). Y onomatopéyicos (Se dice de las palabras o los sonidos que imitan ruidos, voces de animales y otras cosas parecidas.) ¡Ohhh!- ¡bella!- ¡cásate conmigo! ¡Qué hermosa! Brrr! Chup chup, viviaaaao, que se repiten en otras páginas al igual que las formas y las texturas visuales que llaman al tacto. Llamadas estructuras semióticas, como proyección de nuestras estructuras perceptivas de las asociaciones que nos orientan los signos icónicos y plásticos.
Se repite la catacresis con la imagen en: “…y ése fue el día en que Griselda perdió la cabeza”. El lector encuentra en este texto una polifonía de significados donde la autora/ilustradora conjuga un mismo sentimiento para la imagen y el texto que se va a editar.
La significación irónica también presente “…pero lo que más le gustaba era armar rompecabezas”
Hay un acto de contemplación de parte del lector, su manera de ver es distinta en el libro álbum, donde puede mirar detenidamente.
En este caso la autora, nos refleja en su narración e imagen, la ironía de una princesa que rompe con el estereotipo de princesas bellas y buenas, recurre al sarcasmo para dibujar a su imagen y semejanza la vida de los príncipes del siglo XVI, los mitos y las leyendas.
El lector puede construir múltiples historias e interpretaciones en el texto, el juego del lenguaje, la intertextualidad aflora en cada una de sus páginas (la vida de Enrique VIII, la Reina Isabel I- la Cenicienta- la madrastra de Blancanieves- el jinete sin cabeza- y a la mitología griega (la belleza de Narciso).
Las imágenes ponen en juego estas miradas de ver el mundo, los trazos, los planos y los colores constituyen un nivel de significación que atrae, recrea y construye realidades en el otro, con sus fenómenos sinestésicos, sostiene en cada dibujo una estética simple y compleja al mismo tiempo, porque nos lleva a buscar mayor subjetividad para descifrar las incertidumbres textuales e icónicas.
Un libro que abre múltiples lecturas pero sobre todo, abre en los niños y adultos muchos interrogantes.
Claudia Farias
[1] Alekan en Martine Joly-Aportes teóricos a partir de los signos plásticos, asociación de significados.
[2] Técnica de ilustración, realizadas con disolventes líquidos, aplicados a través de un instrumento como: la esponja o sellos.
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